Implicaciones del energiewende en el ámbito eléctrico

NP Energiewende


Este estudio continúa con el trabajo realizado por la Cátedra de Energía de Orkestra en 2016, la transición energética en Alemania (Energiewende), política, transformación energética y desarrollo industrial, que analizaba los distintos sectores energéticos y los aspectos de políticas industriales relacionadas con la transformación energética en Alemania.


En esta ocasión, recoge tres ejes fundamentales: las implicaciones energéticas y medioambientales en el ámbito de la generación y demanda eléctrica; la evolución y las previsiones del precio de la electricidad; y los gases de efecto invernadero (GEI) y emisiones contaminantes.


Además, examina sus implicaciones económicas para el sector eléctrico tanto para los consumidores como para las compañías eléctricas, así como los cambios estratégicos que éstas últimas han abordado para adaptarse al nuevo escenario.


El estudio muestra las principales implicaciones de la política energética alemana, incluyendo su apuesta por las energías renovables, por la eficiencia energética, por el cumplimiento de los objetivos a 2020, así como por la necesidad de continuar con los esfuerzos para lograr estos objetivos a 2030 y 2050, que se presentan ambiciosos y de difícil cumplimiento.


Entre 2002 y 2016 se ha incrementado la potencia instalada en un 76% hacia una mayor penetración de gas y renovables (con aumentos del 44% y del 244% respectivamente), con un crecimiento significativo en eólica (44 GB) y fotovoltaica (43 GB). La producción en energías renovables aumenta en la misma proporción y se estabiliza en energías fósiles.


La tendencia a medio plazo es que disminuya la potencia nuclear, por su política de cierre de centrales nucleares, que en 2022 cerrará la última. Las perspectivas para 2020 y 2030 indican que aumentará la potencia del gas natural y las energías renovables, incluyendo la biomasa, con un crecimiento mayor en energía solar y eólica. Se estima que en 2050, aunque la participación del gas natural y el carbón será menor, mantendrán una presencia significativa.


Destacan también el reparto del coste del fondo para la gestión de residuos nucleares que asciende a 24.100 millones de euros.


Para lograr el cumplimiento de los objetivos medioambientales mencionados en el informe y garantizar la seguridad de suministro, Alemania promueve el desarrollo de sus redes de transporte en el interior del país, que van con retraso respecto a lo previsto a pesar de las normativas promovidas por el Gobierno desde 2014, así como las conexiones internacionales y las reservas de capacidad centralizadas.


Respecto al objetivo de reducción de emisiones de GEI a 2020, durante la presentación se ha señalado la dificultad de su cumplimiento por parte de Alemania y su ambicioso objetivo a 2030 de llegar a reducir, en ese año, a 562 Mt CO2 eq.


En el ámbito de la eficiencia energética, el estudio destaca la necesidad de que se produzca un descenso suficiente de la demanda y se avance en la gestión activa de la misma. El cumplimiento del objetivo de reducción de la demanda a 2020 (10% respecto a 2008) parece demasiado exigente como para lograrlo, si se tiene en cuenta la evolución histórica y reciente.


Como mecanismo de apoyo para la seguridad de suministro, Alemania ha optado por el uso de tres reservas de capacidad: de red, para evitar congestiones en la misma; climática, donde se incluyen centrales de lignito y de capacidad, para garantizar la casación del mercado eléctrico (esta última pendiente de aprobación por Bruselas). En función de los desarrollos normativos comunitarios y del uso que hayan tenido, estas reservas podrían ser sustituidas por otros mecanismos.


El desarrollo del Energiewende ha generado cambios importantes en los precios del mercado mayorista y en la factura eléctrica de los consumidores. Por un lado, la penetración de renovables ha provocado desde 2008 una disminución del precio del pool y “de los precios futuros” de la electricidad, llegando a ser de los más bajos de Europa con un impacto importante sobre las empresas generadoras.


Sin embargo, se ha producido un incremento de la factura para el consumidor, superior a la inflación y de los más altos de Europa, sólo por debajo de Dinamarca, principalmente causado por el aumento de los peajes, el apoyo económico a las tecnologías renovables( Tasa EEG) y al aumento de tasas e impuestos. Este impacto de precios ha tenido un mayor efecto sobre el consumidor doméstico y las medianas empresas que sobre el consumidor industrial, que cuenta con importantes exenciones como parte de la política de apoyo a la industria nacional.


Ante el nuevo escenario que está diseñando el Energiewende de cierre previsto de centrales nucleares a 2022, mayor penetración de energías renovables y la tendencia hacia “energy only markets”, los beneficios de las empresas se han reducido así como su capitalización bursátil. Esto está provocando cambios estratégicos corporativos de gran calado, con una recomposición del mapa energético empresarial alemán.

En este sentido, durante la presentación se mencionaron los casos de RWE y E.ON, donde se segregaron las actividades de generación convencional de las renovables, las redes y los mercados minoristas, dando lugar a empresas como Innogy y Uniper. Además, los importantes acuerdos empresariales alcanzados recientemente entre RWE y E.ON, tendrán una gran repercusión en el sector energético alemán y son una muestra de la relevancia que tiene Alemania en la política energética e industrial, con importantes repercusiones en el ámbito europeo.

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