La Reserva de la Biosfera de Gran Canaria se posiciona como modelo de participación “a la vanguardia en órganos de gestión a nivel mundial”

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El Consejo Rector de la Reserva de la Biosfera de Gran Canaria ha aprobado los reglamentos del Consejo de Participación Pública y del Consejo Científico, dos documentos largamente demandados por la población local con los que el Cabildo reactiva y revitaliza la figura de la Reserva de la Biosfera mediante la participación ciudadana.


Con estos reglamentos en vigor, la Reserva de la Biosfera de Gran Canaria se posiciona como modelo de participación “a la vanguardia en órganos de gestión con todas sus funciones delimitadas y claras”, indicó el presidente del Cabildo, Antonio Morales, sobre todo cuando una de las quejas habituales de los organismos internacionales que evalúan las Reservas de la Biosfera en el planeta suele ser la ausencia de órganos gestores democráticos y activos.


El Consejo de Participación Pública es un órgano consultivo cuyo objetivo es promover la integración y participación de los sectores públicos y privados implicados en el ámbito territorial de la Reserva de la Biosfera de Gran Canaria en el que se integran con pleno derecho las asociaciones, colectivos y particulares residentes en dicho ámbito territorial.


Las dos demandas más sostenidas en los últimos años por parte de la población residente en el ámbito territorial de la Reserva han sido, por una parte, que el sello de la Reserva de la Biosfera resulte eficaz para la ciudadanía y, por la otra, democratizar la toma de decisiones de manera efectiva dotando de contenido dicho Consejo de Participación Pública, explicó el consejero de Medio Ambiente, Miguel Ángel Rodríguez.


Para ello, resultaba imprescindible dotar al Consejo de un reglamento “que arbitre de manera efectiva esa implicación de la ciudadanía y que permita adoptar en la práctica un nuevo modelo de gobernanza que cuente con la opinión de las personas afectadas por las decisiones que se toman”, indicó Rodríguez.


La Reserva de la Biosfera de Gran Canaria, declarada por la Unesco en 2005, abarca más del 40 por ciento del territorio de la isla y una amplia franja marina en la costa suroeste. Incluye los municipios de La Aldea, Artenara y Tejeda en su totalidad, así como el territorio de San Bartolomé de Tirajana, Agaete y Mogán, situado por encima de los 300 metros sobre el nivel del mar, y una parte de la Vega de San Mateo


Es un territorio con la densidad de población más baja de la Isla, donde no se superan los 20.000 habitantes en total. Un lugar que atesora una conservación ambiental superior a la del resto del territorio insular, donde sus valores antropológicos, geológicos, naturales, etnográficos y culturales hacen de esta zona de la isla un lugar de gran interés reconocido internacionalmente.


En la Tierra hay 1.073 Declaraciones Patrimonio de la Humanidad y 669 Reservas de la Biosfera. En España hay 48 Reservas y 46 espacios Patrimonio de la Humanidad.


La isla de Gran Canaria es un espacio insular limitado geográficamente donde cohabitan 3 figuras de reconocimiento mundial como son la reciente declaración de la isla como Destino Turístico Starlight, la Reserva de la Biosfera y, avanza hacia su declaración de Patrimonio de la Humanidad de Risco Caído y los Espacios Sagrados de Montaña de Gran Canaria.


Por otra parte, el Consejo Rector aprobó igualmente el reglamento del Consejo Científico, un documento que delimita las funciones y capacidades de este órgano consultivo con el que se garantiza su utilidad real.


Precisamente el Consejo Científico avaló en mayo la declaración de Risco Caído y los Espacios Sagrados de Montaña como Patrimonio Mundial de la Humanidad al coincidir su ámbito con gran parte de los límites geográficos de la Reserva de la Biosfera, por lo que entiende que dicha declaración por parte de la Unesco resultaría muy beneficiosa, al compartir ambas figuras una estrecha relación entre el patrimonio natural y cultural de la región.


Las dos sesiones del Consejo Científico celebradas en mayo y junio recogieron igualmente la necesidad de dotar a la Reserva de la Biosfera de un equipo gestor que la dinamice y la impulse de manera continuada, si se quiere que Gran Canaria cuente con una Reserva de la Biosfera viva y útil para la población.


En cuanto a la utilización del logo y refuerzo de la imagen de marca, el Consejo Rector plantea que todas las actuaciones de las administraciones públicas realizadas dentro de la Reserva y que coincidan con las funciones de conservación y desarrollo sostenible para la población aprovechen el logotipo oficial de la Reserva como un distintivo de calidad de valor indiscutible.


El presidente insular agradeció al personal de Medio Ambiente el esfuerzo “por implicarse casi sin medios humanos en un proceso arduo, laborioso y extendido en el tiempo, que beneficia a Gran Canaria en su conjunto”, así como a la Unidad de Participación Ciudadana del Cabildo “por fomentar y estimular la participación social” para que estos documentos fueran realmente participativos. 

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