Éxito de la jornada de transición energética y empleo

NP Transiciu00f3n energu00e9tica y empleo


El compromiso de la transición energética hacia una economía con menos emisiones de CO2, además de ser una necesidad por razones medioambientales y climáticas, implica grandes retos y oportunidades en términos socioeconómicos.


Esta realidad, ha llevado a la comunidad internacional a incorporar el término de “transición justa” en el texto del Acuerdo de París de la COP 21 de 2015, con la finalidad de reconocer la importancia de proteger a las personas y sus empleos durante estos cambios, y de poner en marcha medidas concretas para paliar los efectos en determinados sectores y territorios más vulnerables.


A raíz de su inclusión en el Acuerdo y de la publicación de informes, como los realizados por la Organización

Internacional del Trabajo (OIT), se está produciendo un intenso debate en torno a estas cuestiones en muchos países, incluyendo España. La ministra de Transición Ecológica anunciaba el pasado mes de julio que se está elaborando un Plan de Transición Justa, que acompañará la futura Ley de Cambio Climático.


El director de la Fundación Ramón Areces, Raimundo Pérez-Hernández y Torra fue el encargado de inaugurar esta jornada, que contó con la participación de la ministra de Trabajo, Magdalena Valerio.


Durante su intervención, la ministra de Trabajo expuso algunas cuestiones sobre las que está trabajando su

Ministerio y el Gobierno y remarcó que el proceso de transición energética que está viviendo nuestro país, “es una cuestión transversal cuya meta es realizar una transición justa y dialogada, con los representantes

sociales y económicos”.


Para la titular de Trabajo, afrontar estos retos con éxito implica necesariamente trabajar en dos líneas de

acción, que ya se han iniciado: la promoción de políticas que refuercen y permitan la creación de empleos en sectores emergentes, tales como energías renovables, eficiencia energética, protección de la biodiversidad y recuperación de espacios naturales, entre otros. Y la necesaria reconversión de los empleos tradicionales de nuestra economía a través del aprendizaje continuo que permita casar la oferta y la demanda. Para llevar a cabo estas medidas, ha apostado por la coordinación total entre la educación, la formación y el empleo.


Según Iñigo Díaz de Espada, vicepresidente de Enerclub: “estamos preparados para la transición, que vemos

principalmente como una oportunidad, aunque también nos inquietan los posibles efectos socioeconómicos que sobre determinas empresas, sectores, o regiones más vulnerables pueda haber”. España cuenta con un sector energético fuerte con empresas reconocidas internacionalmente, que han ido introduciendo nuevas tecnologías y adaptándose con éxito a los cambios.


Por su parte, Joaquín Nieto, durante la presentación del informe de la OIT, destacó que se generarán 18

millones de empleos en el mundo si se alcanza el objetivo de 2 ° C del Acuerdo de París. Las estimaciones de este estudio barajan la creación de 24 millones de empleos frente a una pérdida de seis millones. “Este

resultado debe conllevar políticas complementarias para proteger a los trabajadores y garantizar que la

transición sea justa”, afirmó.


Adicionalmente, Nieto señaló la generación de más de seis millones de empleos al adoptar la economía

circular, razón por la que abogó por el reciclaje, la reutilización y reparación de los productos, frente a su

producción, uso y descarte.


Para concluir, el director de la OIT en España, expuso que 1,2 billones de puestos de trabajo en el mundo

estarán ligados a un ambiente estable y saludable. Sectores como la agricultura, la pesca y la silvicultura,

dependen directamente de estos factores, pero también lo harán otros menos evidentes como el turismo o

los productos farmacéuticos.


Anunció que la OIT y el Ministerio de Transición Ecológica han llegado a un acuerdo para elaborar un informe sobre las oportunidades para España de la transición justa dentro de este proceso.


Durante el debate sobre las oportunidades y desafíos de la transición energética para el desarrollo económico y social desde la perspectiva territorial, representantes de la Junta de Andalucía, el Gobierno de Aragón y el Principado de Asturias, destacaron la necesidad de contar con un marco regulatorio energético estable a largo plazo y que busque el máximo consenso.


Entre las medidas a adoptar señalaron el diseño de un nuevo modelo de movilidad que abarque a todas las

CC.AA.; el fomento del autoconsumo y de la economía circular; la coordinación de las competencias entre

CC.AA. y gobierno central; y la formación como pilar para la creación de un empleo de calidad. Sin olvidar la

sensibilización de los ciudadanos, esencial en este proceso.


Trataron también cuestiones como la innovación tecnológica, el desarrollo de las energías renovables y la

eficiencia energética, las interconexiones, el almacenamiento, y la convivencia entre diferentes fuentes

energéticas y su incidencia sobre el desarrollo económico regional.


Asimismo, representantes de agentes sociales e industria, compartieron su parecer sobre la transición

energética y el empleo. Coincidieron en señalar que la transición energética debe contar con el máximo

consenso, realizarse de forma muy planificada, con la protección de las personas como eje principal, que

tenga en cuenta las políticas energéticas e industriales, con flexibilidad para poder rectificar si es necesario.


Además, insistieron en la necesidad de contar con un Pacto de Estado que garantice un marco regulatorio

estable que aporte seguridad e incentive las inversiones.


Destacaron la importancia de desarrollar la economía circular, la eficiencia energética, la descentralización y

diversificación, con un papel muy relevante de las redes, la digitalización, la movilidad sostenible, la garantía

de suministro, al menor coste posible. Abogaron también por políticas de formación que casen la oferta y la

demanda para asegurar la creación de empleos de calidad. Recordaron que la transición energética también puede tener costes si no se realiza adecuadamente.


Durante la clausura, Miguel Antoñanzas, presidente de Enerclub, ahondó en la importancia de contar con los planes necesarios para promover la competitividad y el empleo de calidad, especialmente en aquellos

sectores y regiones más vulnerables. Destacó, como principal factor para lograrlo, la formación y capacitación para el empleo, “porque éste se está transformando de forma acelerada y la mayoría de las profesiones del futuro se están creando o aún no existen., muchas de ellas relacionadas con la digitalización o las nuevas tecnologías”.


Por su parte, Ángeles de Santamaría, consejera delegada de Iberdrola España, defendió que “en términos de

empleo, la lucha contra el cambio climático no solo supone una oportunidad de creación neta de nuevos

empleos, sino que es imprescindible para que se mantengan otros muchos no relacionados con el sector

energético. La transición energética es una oportunidad que hay que abordar con urgencia, con un enfoque

de largo plazo y de forma justa. Solo así, podremos crear nuevo tejido industrial, transformar sectores y aprovechar el efecto tractor en la industria de empresas líderes españolas para proyectos nacionales e

internacionales”.


Clausuró la jornada la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, quien afirmó: “España tiene mucho que ganar si apuesta por la transformación de su economía y por una transición energética bien diseñada y

ambiciosa. Imaginemos el empleo que puede crear redirigir los recursos gastados en la importación de

combustibles fósiles hacia el desarrollo de nuevas oportunidad de negocio, hacia necesarias inversiones en

investigación y desarrollo. Hay pocas cosas que este país necesite más que más y mejores empleos, hay pocos vectores que puedan ofrecer más oportunidades que la transición energética”.



Comentarios