El aumento de la participación de la electricidad en el consumo final de energía es clave para avanzar en la sostenibilidad

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Miguel Antoñanzas recordó que éste es el undécimo año que Enerclub organiza la presentación del World Energy Outlook en Madrid y el octavo año que Viesgo lo patrocina. Ha destacado la importante contribución de este informe en los debates que en torno al clima y la energía se están produciendo a nivel internacional, europeo y nacional. Como ejemplo, se refirió a la próxima COP que se celebrará en diciembre en Katowice (Polonia), donde tendrán que acordarse, entre otras cuestiones, las reglas por las que se regirá el funcionamiento y cumplimiento del Acuerdo de París.


Sobre España, expuso que la ministra de Transición Ecológica ha anunciado recientemente algunas de las principales cuestiones que tendrá en cuenta la Ley de Cambio Climático y Transición Energética. Se incluyen objetivos de reducción de emisiones, participación de renovables, mejora de eficiencia, así como medidas para el sector transporte y la edificación, en el horizonte 2030 y 2050. Por tanto, concluyó Antoñanzas: “los próximos meses serán fundamentales para definir nuestro futuro energético”. “Creo sinceramente que, con el trabajo de todos, conseguiremos los objetivos que nos propongamos y sabremos aprovechar sus oportunidades”.


World Energy Outlook 2018


Ante la pegunta de dónde estamos respecto a los objetivos del Acuerdo de París sobre cambio climático y los de acceso a la energía, y dónde podríamos estar a futuro, Laura Cozzi, apoyándose en los últimos datos que se desprenden del WEO 2018, ha explicado dos posibles escenarios clave, que parten de la base de que el nivel de emisiones de CO2 procedentes del sector energético, después de tres años de estabilidad, en 2017 se incrementó un 1,6%.


Por un lado, el Escenario de Desarrollo Sostenible que proporciona una estrategia integrada para lograr el acceso universal a la energía, la mejora de la calidad del aire y los objetivos climáticos, en la que todos los sectores y tecnologías de bajas emisiones de CO2 –incluida la captura, utilización y almacenamiento de CO2– contribuyen a una amplia transformación de la energía mundial. En este escenario, las emisiones globales de CO2 relacionadas con la energía alcanzarán su valor máximo en 2020 y posteriormente irán descendiendo, “en línea con la senda requerida para alcanzar estos objetivos”.


Por otro lado, el Escenario de Nuevas Políticas que tiene en cuenta las políticas actuales y las nuevas medidas anunciadas por los gobiernos, muestra una lenta tendencia ascendente de las emisiones de CO2 relacionadas con la energía de aquí a 2040, trayectoria que “nos alejaría de los objetivos establecidos en el Acuerdo de París”. Para Cozzi: “demuestra que las promesas nacionales expresadas por los países en el Acuerdo no son suficientes”.


En este segundo escenario, considerado el escenario central, la demanda de energía crecerá más de un 25% hasta 2040. Este aumento sería en torno a dos veces mayor de no ser por las mejoras continuas en eficiencia energética.


Todo el crecimiento procederá de las economías en desarrollo, con India a la cabeza. La AIE estima que las inversiones necesarias en el suministro energético para cubrir esa demanda en 2040 serán de $42.3 trillion. “Más del 70% de estas inversiones mundiales en energía serán impulsadas por los gobiernos, por lo que sus decisiones, serán decisivas para determinar el modelo energético del futuro”, subrayó la experta de la AIE.


Las energías renovables se han convertido a nivel mundial en la tecnología de referencia, representando casi dos tercios de la capacidad global a 2040, gracias a la reducción de sus costes y a las políticas gubernamentales de apoyo. Según la Agencia, las energías renovables y el carbón cambian su posición en el mix eléctrico: la proporción de generación a partir de las renovables asciende desde el 25% actual hasta cerca de un 40% en 2040.


Para Cozzi: “esta expansión proporcionará grandes beneficios ambientales, pero también importantes retos que los responsables políticos deben abordar con rapidez”. El aumento de las energías solar fotovoltaica y eólica urge a crear sistemas eléctricos flexibles, para mantener la seguridad en el suministro, sobre todo en algunos países de Europa, México, la India y China. Se requerirán reformas de mercado, inversiones en la red, mejoras en las tecnologías de gestión de la demanda, como medidores inteligentes, y tecnologías de almacenamiento de baterías.


Un mayor uso de la movilidad eléctrica, la calefacción eléctrica y el acceso a la electricidad podría aumentar la demanda de electricidad hasta el 90% en 2040, frente al 60% contemplado en el Escenario Nuevas Políticas, cifra que representaría casi el doble de la demanda estadounidense actual.


Esta posibilidad se contempla en el denominado Escenario El Futuro Es Eléctrico, donde el porcentaje de la electricidad en el consumo final ascendería hasta un tercio, ya que casi la mitad de la flota de vehículos se electrificaría en 2040 y la electricidad incidiría rápidamente en los sectores residencial e industrial. Sin embargo, ha indicado Cozzi, el transporte de mercancías por carretera de larga distancia, la navegación y la aviación “no están listos” para la electrificación con las tecnologías actuales.


En este escenario, la electrificación reduciría la contaminación local, pero exige medidas adicionales para eliminar las emisiones de CO2 del suministro eléctrico, de lo contrario, existe el riesgo de que las emisiones de CO2 se desplacen desde los sectores de uso final hacia la generación eléctrica.


Economías productoras de Petróleo y Gas


Por otra parte, los combustibles fósiles constituyen una parte muy importante del mix energético a nivel global, y seguirá siendo así en los próximos años, según la Agencia Internacional de la Energía. Por esta razón, el WEO 2018 incluye un informe especial sobre economías productoras de petróleo y gas, centrado principalmente en Iraq, Nigeria, Rusia, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Venezuela.


Ofrece recomendaciones sobre qué puede hacerse para reducir la huella medioambiental del suministro mundial de petróleo y gas. También analiza cómo se están adaptando los países productores a los nuevos entornos de políticas y precios, y cómo avanzan en sus respectivas transiciones, inversiones, y desarrollos tecnológicos.


Conclusiones World Energy Outlook 2018


Para terminar, Laura Cozzi incidió en algunas de las conclusiones que se desprenden del WEO 2018:

Los vínculos entre la energía y la geopolítica se fortalecen y se vuelven más complejos, factor determinante sobre la seguridad energética.


Un desajuste entre la demanda de petróleo en el corto plazo y un déficit en nuevos proyectos, provocaría un fuerte endurecimiento de los mercados petroleros en la década de 2020.


El aumento de las energías renovables urge a crear sistemas eléctricos flexibles para mantener la seguridad en el suministro.


No existe una solución única para revertir las emisiones. Las energías renovables, la eficiencia energética y las tecnologías innovadoras, (incluyendo almacenamiento, CCUS e hidrógeno), son necesarias para conseguir los objetivos climáticos acordados.


Las decisiones tomadas por los gobiernos, serán decisivas para determinar el modelo energético del futuro.

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