Retos y oportunidades del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima

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Esta semana se ha celebrado en la Fundación Ramón Areces la jornada titulada “Una valoración económica del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima”, organizada por la AEEE (Asociación Española para la Economía Energética) y el Club Español de la Energía (Enerclub), con el patrocinio de Iberdrola.


Tras las palabras de Raimundo Pérez, director de la Fundación Ramón Areces, Miguel Antoñanzas, presidente de Enerclub, señaló la importancia de acercar el Plan a la sociedad, convencido del papel protagonista que tiene el ciudadano para alcanzar los objetivos propuestos y su necesaria participación en estos debates.


Independientemente de las principales medidas que configuran este Plan, de las previsiones establecidas para la demanda de energía y su impacto en el PIB, del mix definido para 2030 o de las acciones relacionadas con la movilidad, juzgó positivamente, “contar con una política energética que oriente el futuro del sector para los próximos 10 años”.


Además, añadió, todas las medidas propuestas en el Plan, conllevarán un gran esfuerzo inversor que debería ir acompañado de la modernización y el desarrollo tecnológico e industrial, al tiempo que garantice la transición justa para los más vulnerables. Cautela y flexibilidad en todas estas medidas, han sido dos palabras muy presentes en el discurso de Antoñanzas para garantizar la competitividad de la economía.


Por su parte, Ángeles Santamaría, consejera delegada de Iberdrola España, explicó que “el PNIEC es un cambio profundo, ambicioso y retador, que mira hacia una economía totalmente descarbonizada en 2050. Pero el reto no solo estará en cumplir los objetivos, sino hacerlo con la solución óptima en cuanto a coste-beneficio”.


En este sentido, recordó que “la sostenibilidad debe ser una condición imprescindible en la toma de decisiones, que hay que dotar de señales económicas al consumo y abordar una reforma fiscal que reparta los esfuerzos de forma equitativa entre los sectores y que, para que las inversiones imprevistas se lleven a cabo, es imprescindible un marco regulatorio estable y previsible”.


A continuación, José Domínguez Abascal, dijo que los dos riesgos con mayor impacto en la actualidad son los fenómenos climáticos extremos y el fracaso en la lucha contra el cambio climático. Por lo tanto, tenemos un problema “serio y urgente”. En este contexto, surge el Plan que indica una reducción de Gases de Efecto Invernadero en un 21% respecto a 1990 para llegar a una neutralidad de emisiones en 2050. “Estamos muy alineados con los objetivos europeos”.


Afirmó que habrá fondos suficientes para el nuevo sistema de gestión que conlleva nuevas interconexiones, y también para la eficiencia. El 20% de la inversión total procederá de la inversión pública, acompañada por la creación de 250.000-300.000 nuevos empleos, la mejora de la seguridad energética, y la salud de los ciudadanos.


“Vamos a asistir a la gran transformación de la producción y el consumo eléctrico y de la movilidad. El PNIEC propone fórmulas que constituyen una oportunidad de transformación económica y social de nuestro país y tenemos que ponernos manos a la obra”.


Los participantes en la mesa redonda sobre la visión económica del Plan, Jorge Sanz, director asociado de la consultora Nera y presidente de la Comisión de Expertos; Diego Rodríguez, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Complutense de Madrid, y el ex ministro de Industria y Energía Claudio Aranzadi, moderados por Cristina Rivero, jefe de área de Industria, Energía y Medio Ambiente de la CEOE, se felicitaron porque la consecución del Plan es positivo para todos y reduce la incertidumbre que aleja las inversiones, aunque señalaron la falta de un análisis coste-beneficio o sobre la reforma fiscal.


Mikel González, investigador del BC3, presentó el estudio del impacto económico del Plan. Supondrá un ahorro de 13.300 millones de euros en 2030 con un descenso del 2% en el precio de la electricidad. Sobre las inversiones, señaló que se requerirán 236.000 millones de euros para la ejecución del Plan, con una inversión adicional de 195.310 millones de euros. Las principales inversiones recaerán en el sector renovable y en eficiencia. La fuente de financiación será un 80% privada y un 20% pública. El empleo neto aumentará entre 250.000 y 364.000 personas/año hasta 2030. Comercio, industria manufacturera y construcción, serán los sectores que más crecerán. Respecto a la salud, se reducirían los contaminantes atmosféricos en un 25%.


Respecto al punto de vista de los distintos agentes, representados por compañías como Acciona, Edp, Endesa, Naturgy o Repsol; por organizaciones como OIT o Greenpeace y por operadores del mercado como OMIE, subrayaron las importantes inversiones que requiere este Plan, que consideraron “oportunidades”, sobre todo en tecnologías renovables y en eficiencia energética en el ámbito de la movilidad, la digitalización, el almacenamiento y nuevos modelos de negocio.


También se preguntaron cómo se va a obtener esta financiación y su procedencia, sobre todo en la gestión de la demanda, donde las decisiones y elecciones del consumidor marcarán la pauta a seguir. Apuntaron a la fiscalidad como una solución.


Sobre la transición social, en términos de empleo y de desarrollo, destacaron que para 2030 se generarán 24 millones de empleo, y se perderán seis millones, con un impacto desigual en el tiempo y en los territorios. Por esta razón, valoraron muy positivamente que el Plan vaya acompañado de medidas de transición justa. “Representa un antes y un después en la manera de realizar los planes energéticos no sólo en España, sino en el mundo”.


En la clausura, Gonzalo Sáenz de Miera, vicepresidente de AEEE, expuso que el PNIEC va a condicionar el modelo económico de nuestro país en las próximas décadas, es un tema estratégico en el que la economía tiene mucho que aportar. Consideró esencial realizar un análisis económico completo que incluya los costes energéticos, las externalidades, el cambio climático, la contaminación del aire o la transición justa, sin olvidar “tanto los costes de actuar, como los de no actuar”.


Por su parte, Iñigo Díaz de Espada, vicepresidente del Club Español de la Energía, destacó tres elementos del Plan muy presentes en toda la jornada. Eleconómico: “Es clave conocer cómo se van a financiar las inversiones, en particular las relativas a la eficiencia por depender en gran parte del comportamiento de los ciudadanos”. La investigación y la innovación: “La tecnología va a marcar el éxito o el fracaso del cumplimiento de objetivos”. Y el referido a los plazos y la ambición de la transición: “para no comprometer la competitividad empresarial e industrial, básicas en el desarrollo económico”.

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