Melisa Rodríguez

A través de mis ojos

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Comienza otra campaña electoral copada de fotos, de promesas, de ideas, de elefantes rosas, de burros voladores,… Partiendo de la ironía y del humor, lo que cabe realmente es la reflexión. Reflexión acerca de dónde estamos y, sobre todo, hacia dónde vamos.


Por muchas portadas y titulares rimbombantes que escuchemos en estos días, la cruda realidad es que, a día de hoy, el “mix energético” canario consta de un 10% de generación proveniente de energías renovables y un 90% de generación a partir de la combustión de combustibles fósiles.


La pregunta inicial sería: ¿Cómo es posible que en el año 2019 estemos aún en esta situación? Las respuestas pueden ser muy diversas: falta de planificación, ideologización de la política energética, falta de estrategia global, desconocimiento de nuestro entorno y su capacidad productora sostenible, desconocimiento acerca de las posibilidades de nuestras islas… Podrán observar que el compendio de respuestas acaba resumiéndose en “desgana y desgobierno”.


Hace unas semanas asistí a la inauguración del parque eólico Chimiche II en el sur de Tenerife, parque con un 50% de capital canario. El portavoz de este grupo empresarial canario, muy emocionado, manifestaba la carrera tortuosa que ha sufrido este parque desde que se inició (allá por el 2003) hasta su inauguración en 2019 (16 años después). Este y otros muchos son los ejemplos de que hoy podríamos ser ya otra cosa, y no lo somos porque la administración ha dificultado y obstaculizado los procesos, por lo que solo los más persistentes han podido llegar a cortar la cinta inaugural. No está permitido desfallecer, porque si no habrán ganado los que ponen las piedras en el camino.


Si miramos alrededor, hacia otros modelos insulares, tenemos dos opciones: la primera, decir que “hay lugares que están peor”, y, la segunda, preguntarnos por qué nosotros aún estamos en esta situación. La realidad es que Canarias se estancó energéticamente hace tiempo, aunque, siendo fieles a la verdad, parece que comienza a existir movimiento esperanzador de nuevo en el sector.


A través de mis ojos, las islas serán un gran “hub” de investigación en tecnología de generación renovable. Serán ese lugar pionero que aprovecha sus características singulares y en ocasiones limitantes (aislamiento, lejanía y fragmentación), y las convierte en su fuerte. Un archipiélago que, utilizando su Régimen Económico Fiscal, atrae talento, empresas, inversores y genera empleo cualificado en el sector.


Se puede aspirar a un modelo alternativo, en el que el viento y el sol revolucionen nuestro mix energético, dejando hueco también al desarrollo de tecnologías y nuevas fuentes de generación renovable. Lo tenemos todo: viento, sol, mar, geotermia, residuos forestales… El único problema es que aún hoy algunos no lo ven.

Canarias tiene todo para ser referente en materia energética, y tanto Albert Rivera, como todo el equipo y yo misma nos dejaremos la piel para que la Canarias que veo a través de mis ojos sea una realidad.

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