HELIODRON, el proyecto para el desarrollo de un avión solar concluye tras 3 años de investigación

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El Instituto Tecnológico y de Energías Renovables finaliza con éxito el proyecto HELIODRON, cofinanciado por Fondos FEDER a través del Programa Retos-Colaboración del Plan Nacional de I+D 2013-2016 del Ministerio de Economía y Competitividad, cuyo principal objetivo era desarrollar un avión solar remotamente pilotado para realizar misiones de vigilancia.


Este proyecto, que se inició en octubre de 2016 y finalizó en julio de 2019, ha concluido cumpliendo con los resultados esperados con el desarrollo de un avión solar remotamente pilotado para realizar misiones de vigilancia y un centro de control de tierra para la monitorización de la información de vuelo y visualización en tiempo real de las imágenes captadas por el avión durante el vuelo.


El Proyecto Heliodron surge de una nueva línea de investigación en el campo de los aviones solares por parte del ITER en el año 2008 con un Estudio de Viabilidad para el desarrollo de un Avión Solar, técnico y económico, subvencionado por el Plan Nacional de Investigación Científica, Desarrollo e Innovación Tecnológica. Durante el mismo se realizó, además del estudio de viabilidad técnico y económico, el diseño preliminar del avión.


En octubre de 2009 y paralelamente a dicho estudio, la Agencia Canaria de Investigación, Innovación y Sociedad de la Información subvencionó la fabricación del primer prototipo de este avión solar, en el marco del proyecto PROAVISOL. En el desarrollo de este proyecto se validaron principalmente las tecnologías a emplear tanto en lo que se refiere a la fabricación del avión, especialmente la laminación de las células fotovoltaicas sobre las alas, como al sistema de navegación autónomo.


A finales del año 2011 y una vez concluidos los dos proyectos citados anteriormente, se inició el proyecto PRONTAS: “Prototipo no tripulado de avión solar”, financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad, cuyo objetivo ha sido el diseño final y la fabricación del prototipo resultante del Estudio de Viabilidad, de 16 metros de envergadura.


Una vez superadas todas las fases anteriores, el ITER se planteó la fabricación de estos aviones para misiones específicas, con el objeto de poder ser introducidos en el mercado. Entre las misiones previstas del avión destacan las tareas de vigilancia, donde uno de los requisitos fundamentales es que el avión cuente con gran autonomía. Para ello, se presentó la propuesta del proyecto HELIODRON a la convocatoria Retos Colaboración 2016, enmarcada dentro del Programa Estatal de Investigación, Desarrollo e Innovación Orientada a los Retos de la Sociedad del Plan Estatal de Investigación Científica y Técnica y de Innovación 2013-2016 con el fin de desarrollar un avión solar remotamente pilotado de 2 metros de envergadura que para ser utilizado para diferentes misiones de vigilancia.


Con el diseño de este prototipo para la misión específica de vigilancia, ITER puso en práctica la experiencia adquirida desde el año 2008 con los proyectos previos ya citados, de modo que pueda abrirse una nueva línea comercial en el marco de las actividades del Instituto, ya sea mediante la venta de este tipo de aviones remotamente pilotados o mediante la prestación de servicios a terceros.


El proyecto HELIODRON ha concluido con el desarrollo de un avión no tripulado impulsado por energía solar destinado a misiones de vigilancia aérea en zonas de difícil acceso. Gracias a su gran autonomía de vuelo, este dron permitirá obtener imágenes en lugares críticos, como puede ser una catástrofe natural o una frontera entre países, sin poner en riesgo ninguna vida humana. El prototipo final de la investigación se ha testeado en una sesión de vuelo en cielo abierto, celebrada con éxito en Tenerife, tras realizar diversas pruebas en túneles aerodinámicos.


Las ventajas de este tipo de avión frente a otros sistemas de vigilancia son principalmente su bajo coste tanto de fabricación como de operación, la rápida disponibilidad de los mismos y su gran autonomía. Además, es aplicable a otro tipo de usos como la inspección de terrenos de cultivo, monitorización de vegetación o inspección aérea de infraestructuras críticas.


El prototipo desarrollado incorpora cámaras en el espectro visible e infrarrojo, y es capaz de transmitir imágenes y datos de la zona que sobrevuela. La aeronave, de pequeña envergadura, dispone de una gran autonomía de vuelo, indispensable en situaciones de riesgo y puede volar a una altura de hasta 200 metros y con una velocidad máxima de operación de 20 m/s. La carga útil de la aeronave puede configurarse en diferentes modos de operación en función de la misión.


La estación de tierra desarrollada se compone de un dispositivo portátil integrado de campo que se despliega junto con el HELIODRON. El operador de la aeronave monitoriza todos los parámetros de la misión y gestiona el vuelo de la aeronave desde este equipo. La estación de tierra del HELIODRON se ha diseñado para ser transportada por un solo operario, y consta de una interfaz de control de mano y un módulo de procesamiento y comunicaciones que se puede transportar en un maletín o en una mochila y un dispositivo externo de visualización de las imágenes capturadas durante el vuelo.


Aerosertec, el Instituto Tecnológico y de Energías Renovables (ITER) y el Fundación Centro Tecnológico de Componentes (CTC) conforman el consorcio de este proyecto en el que han trabajado durante los últimos 27 meses. Este proyecto, ha dispuesto de un presupuesto de 775.000 euros y pertenece a la convocatoria Retos Colaboración 2016, enmarcada dentro del Programa Estatal de Investigación, Desarrollo e Innovación Orientada a los Retos de la Sociedad del Plan Estatal de Investigación Científica y Técnica y de Innovación 2013-2016 del Ministerio de Economía y Competitividad.

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