La hidráulica mejora los números de emisiones y de penetración de renovables

El sector del transporte sigue siendo el principal emisor y consumidor de la economía española


Comillas informe energia


El sector energético español consumió en 2018 6,25 exajulios (EJ) de energía primaria y emitió, una vez descontadas las exportaciones, 309 millones de toneladas (Mt) de CO2. Sin embargo, su valor añadido se redujo en un 7%, y los costes externos se situaron en un 1,6% del PIB, en un ejercicio en que ha mejorado en la intensidad de emisiones y en el porcentaje de renovables, gracias a un buen año hidráulico.


Es una de las conclusiones de la Cátedra BP de Energía y Sostenibilidad de la Universidad Pontificia Comillas, que en su informe 2019 indica que "todos los demás indicadores empeoran: sigue aumentando la demanda de energía (un 1% en energía primaria y un 3,1% en energía final), empeora la intensidad energética final, y aumenta la factura energética y baja el valor añadido generado por el sectro".

De nuevo, además, "los pocos elementos positivos de esta evolución" se asocian a elementos no controlables, como el ciclo hidrológico, igual que ya sucedió en 2016. En un escenario de largo plazo, "parece poco razonable fiar la sostenibilidad del sector energético a las lluvias, más aún en el caso español, que se enfrenta a un importante riesgo de bajada de las precipitaciones debido al cambio climático". De hecho, si el año hubiera sido climatológicamente medio, hubiera aumentado aún más la energía primaria y las emisiones de CO2 (en un 3%), afirma.

En este sentido, es importante además señalar que, cuando se descomponen los factores que determinan las emisiones de CO2, "encontramos que el aumento de actividad económica y el empeoramiento de la intensidad energética se vieron compensados con el buen año hidráulico y un cierto efecto estructural".

El sector del transporte, que sigue siendo el principal emisor y consumidor de energía de la economía española, volvió a ver cómo aumentaba la demanda de transporte privado por carretera en un 3,1%, y el tren, en un 9% (pero menos relevante en términos absolutos por su pequeña participación global). Además, el transporte de mercancías aumentó un 3,6%.

También ve "preocupante el aumento de la factura energética, no solo debida al aumento de la demanda". El repunte de los precios internacionales de los combustibles en 2018 supuso que los precios finales de la energía aumentaran casi un 6% en España, y que el valor añadido se redujera en un 7%. El único sector que mantuvo su competitividad fue el refino, que de hecho aumentó su valor añadido en un 7% gracias a las exportaciones. La única solución a este respecto, más allá de mejoras en la fiscalidad que pueden ser únicamente transferencias, "es la promoción del ahorro energético, y la reducción de la dependencia de los combustibles fósiles, cuyos precios y volatilidad están fuera de nuestro control".

Dicho gasto energético no incluye los costes externos debidos a la contaminación o la congestión. Cuando se incorporan los costes externos de la contaminación, el valor añadido del sector energético español se reduce en gran medida, ya que éstos alcanzan una cuantía de un 1,6% del PIB.

Desde el punto de vista de la sostenibilidad, el modelo energético español "continúa presentando importantes desafíos respecto a las emisiones de CO2, la eficiencia energética, la dependencia energética exterior o al impacto medioambiental. Afortunadamente, y por primera vez en muchos años, se observa un cambio de orientación en la política energética y ambiental, manifestada quizá más claramente en la preparación de la primera Ley de Cambio Climático y Transición Energética, y en la elaboración del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) y de la Estrategia de Largo Plazo 2050 (aún no hecha pública)", subraya.

La Ley, apoyada en el PNIEC, "establece objetivos muy ambiciosos para enfrentarse a estos desafíos, y es una iniciativa muy bienvenida, junto con la próxima Estrategia de Largo Plazo 2050. Todos estos instrumentos constituyen un marco esencial para avanzar hacia la descarbonización y sostenibilidad del modelo energético español".


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