Cómo será la política energética en la presidencia de Biden

El presidente electo ha insistido en su promesa de que Estados Unidos regrese al Acuerdo de París

Biden clima


"Desde pueblos costeros hasta granjas rurales y centros urbanos, el cambio climático representa una amenaza existencial, no solo para nuestro medio ambiente, sino también para nuestra salud, nuestras comunidades, nuestra seguridad nacional y nuestro bienestar económico". Con esas palabras abordaba el programa electoral de Joe Biden, futuro presidente de Estados Unidos, sus propósitos en materia medioambiental, en los que se refería al cambio climático como el "mayor desafío" que enfrenta su país y el mundo. 


De esta manera, habla de una Revolución de Energía Limpia, para "liderar al mundo en el abordaje de la emergencia climática". Esto se materializaría en inversiones de dos billones de dólares en energía limpia e infraestructura resistente al clima como un pilar fundamental de su programa de recuperación económica y de empleos. Biden ha vuelto a su promesa de que Estados Unidos regrese al Acuerdo de París, justo el mismo día que la retirada del presidente del pacto climático Trump entró en vigor.


Incluso sin el pleno apoyo del Congreso y Senado, Biden podría comprometerse de nuevo con el Fondo Verde para el Clima, impulsar la prohibición mundial de los subsidios a los combustibles fósiles y pedir a otros países que fortalezcan la ambición climática, lo que viene unido a su compromiso de volver a París. 


El fracking surgió como un tema importante en los últimos días de la campaña, poniendo en el centro de la atención política la transición energética y el fin de la industria petrolera. En muchos condados donde se realiza el fracking, los márgenes de Biden mejoraron y fue capaz de ganar. Una encuesta en Pensilvania, antes de las elecciones, mostró un amplio apoyo a la acción climática. 


Para Laurence Tubiana, directora general de la Fundación Europea del Clima, digo acoger "con beneplácito el regreso de los Estados Unidos a la mesa de los líderes mundiales del clima", que ahora tiene una oportunidad "histórica de promulgar uno de los mayores esfuerzos de estímulo ecológico del mundo, para acelerar la economía de los Estados Unidos hacia una reducción sostenida de las emisiones, al tiempo que reconstruye y crea una sociedad más justa". 


"Está claro que Biden ganó en parte gracias a los votantes del clima. Obtuvo importantes donaciones de la comunidad climática y los jóvenes acudieron en cantidades sin precedentes a votar por él. Tiene un fuerte mandato para gobernar en este tema, y dado lo mucho que la campaña se centró en el clima, sé que le dará prioridad", afirmó por su parte Leah Stokes, de la Universidad de California, Santa Bárbara.


A juicio de Periodistas por el planeta, Biden también podría restablecer y fortalecer las salvaguardias de la era de Obama, detener los nuevos contratos de arrendamiento para la extracción de combustibles fósiles  en tierras federales y restablecer normas más estrictas de economía de los combustibles, mientras que en política exterior tendría un margen significativo para incorporar las consideraciones climáticas en la relación con otras naciones. 


Biden podría, como se describe en su plataforma climática, liderar un esfuerzo global para poner límites ejecutables a las emisiones del transporte marítimo y aéreo y una moratoria a los subsidios a los combustibles fósiles y a la perforación en alta mar en el Ártico. 


La comunidad del clima y el medio ambiente se está preparando para presionar a la posible administración entrante de Biden para que nombre a los líderes que empujaron la agenda del clima y evite a personas que tienen vínculos con la industria de los combustibles fósiles. El Tesoro, la Energía, el Interior y la EPA (el organismo que regula el ambiente) serán selecciones críticas, pero la Vivienda y el Desarrollo Urbano, el Estado, la Defensa y el Trabajo tendrán importantes papeles que desempeñar en el gobierno del clima. 


Las políticas establecidas por la Reserva Federal y en la regulación de la industria financiera pueden influir en gran medida en el sector privado, en particular al exigir a los bancos y a las empresas de combustibles fósiles que se ocupen del riesgo climático. Algunos han sugerido que Biden podría nombrar un "zar del clima" o crear un consejo del clima para supervisar la coordinación de la política climática en todo el poder ejecutivo. 



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