Reúnen 700 firmas en apoyo del proyecto Chira-Soria

La iniciativa contraria asegura haber reunido un apoyo considerablemente mayor, de hasta 28.000 firmas contra la central hidroeólica

Chira soria



La iniciativa ciudadana «Sí al Salto de Chira» ha reunido 700 firmas de empresas, sindicatos, asociaciones cívicas y particulares que apoyan un manifiesto que apuesta por la central hidroeléctrica prevista en Gran Canaria por estimarla primordial para descarbonizar la isla y luchar contra el cambio climático. La cifra es considerablemente menor a la de los que se oponen al proyecto, que aseguran haber reunido más de 28.000 firmas.

El manifiesto, cuyas firmas se han recabado en una semana, ha sido presentado este miércoles por algunos de sus firmantes, entre ellos el exconsejero regional de Política Territorial Tomás Van de Walle; el ex dirigente de Ben Magec y abogado medioambiental Antonio Hernández; el presidente de la Confederación de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos de Canarias (COAG), Rafael Hernández; la arquitecta Elsa Guerra; el economista José Juan Sansó y la ingeniera Julieta Schallenberg.

Sansó, que ha recalcado que las firmas «reflejan bien la diversidad de la sociedad de Gran Canaria» que apoya este proyecto, ha subrayado, al igual que Antonio Hernández, que el manifiesto responde a un compromiso con las próximas generaciones, lejos de intereses políticos y empresariales, que se sustenta en principios «éticos y de honradez» y en un trabajo intelectual.

«Desde Canarias tenemos la obligación moral y política de reducir el uso de combustibles contaminantes y generalizar el uso de energías renovables», según se afirma en el texto del manifiesto.

En él se aboga de forma clara por la reconversión de las presas de Chira y Soria en una central hidroeléctrica, ya que permitirá almacenar 3.600 MWh y garantizar entre el 51 y el 70 % de la producción eléctrica de origen renovable en Gran Canaria.

Además, destaca que posibilitará la disponibilidad de 700.000 metros cúbicos anuales para riego, forestación de las cumbres y medianías de la isla, la lucha contra incendios y la atención al sector turístico.

Según sus firmantes, se trata de un proyecto «vanguardista, que responde a las exigencias de una sociedad que no quiere seguir quemando petróleo» y que consideran «indispensable para ganar la batalla de la emergencia climática».

Recuerdan que la futura central cuenta con el apoyo unánime del Cabildo de Gran Canaria y del Parlamento autonómico y con una declaración de impacto ambiental positiva, que reconoce que cumple con las exigencias de preservación medioambiental de los ecosistemas del entorno y la recuperación y restauración del barranco de Arguineguín, lugar donde se construirá.

Ello también «significa garantizar y mejorar la protección de los valores medioambientales, paisajísticos y etnográficos de la zona», según se señala en el manifiesto.

Todos los presentes han lamentado los 20 años de retraso para su ejecución, por lo que han defendido el inicio de las obras para su construcción cuanto antes.

El representante de COAG, en su intervención, se ha referido a la importancia del proyecto desde el punto de vista hidráulico, ya que permitirá «poner más agua a disposición de los agricultores y ganaderos de la isla» y servirá de «dique» contra el proceso de desertización.

Ha recordado que en Gran Canaria se cultivaban hace 60 años 35.000 hectáreas, mientras que en la actualidad hay apenas 10.000 por la escasez de agua, por lo que ha defendido el proyecto como una oportunidad para el sector primario de la isla.

El presidente de la Asociación Eólica de Canarias, Rafael Martel, ha hecho hincapié en que Gran Canaria es una «isla energética» y que mantener cada día el suministro eléctrico supone un «reto incalculable» por disponer de un sistema eléctrico «aislado, débil y frágil» que no puede almacenar la energía renovable que se produce y que se derrocha diariamente.

El Salto de Chira urge para almacenar la energía renovable que se genera, ha señalado Martel, quien, a modo de ejemplo, ha asegurado que la pasada noche se desperdició el 30% de la energía eólica producida, una pérdida en la que también ha incidido la ingeniera Schallenberg.

Para esta ingeniera, los sistemas de almacenamiento para las energías limpias son «fundamentales» y los que menos impacto ambiental generan son los de bombeo, como el que se propone en el Salto de Chira, aunque ha advertido de que no será suficiente para resolver este problema en Gran Canaria.

La arquitecta Elsa Guerra ha señalado, entre otras cuestiones, que cuando se inicie la obra, al tener una duración de seis años, podrá ser mejorada con los avances tecnológicos que surjan, y ha hecho hincapié en la declaración de impacto, ya que establece «líneas de vigilancia» al proyecto, cuya preocupación por el medio ambiente comparte con quienes se oponen al mismo.

Van de Walle, que preside la Sociedad Económica de Amigos del País de Gran Canaria, ha incidido en la importancia del proyecto para la isla, aunque también ha coincidido en que no es suficiente para alcanzar los retos de descarbonización, por lo que ha dicho que es preciso implicar a la sociedad y «creatividad política» en la lucha contra el cambio climático.

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