Pese a haber sido el año en que se sufrió el confinamiento y los peores meses de inactividad por la pandemia, la potencia renovable instalada en Canarias creció un 9,7%, hasta alcanzar los 697,562 MW totales de de origen renovable. Así lo detalla el Anuario Energético de las Islas, un documento que recoge los datos más relevantes y la evolución histórica del sector energético del Archipiélago hasta 2020.
Publicado por la Consejería de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial del Gobierno de Canarias, detalla que la potencia eléctrica de origen renovable instalada en 2020 se concentra mayoritariamente en las islas de Tenerife y Gran Canaria, con el 45,8% y el 36,1%, respectivamente, de la potencia renovable instalada total.
Los números, sin embargo, son modestos si se los compara con algunos años precedentes, como 2008 y 2018. En el primero de ellos se produjo un aumento de la potencia instalada del 47,4% respecto de 2007 como consecuencia de las plantas fotovoltaicas que fueron instaladas durante ese año en la isla de Tenerife.
Por su parte, en 2018 se produjo el otro gran incremento en la potencia instalada de los últimos 25 años (44,6%). En este caso, la tecnología que impulsó el desarrollo del sector fue la generación eólica, instalándose 126,5 MW en Tenerife, 35,5 MW en Gran Canaria, 8,9 MW en Lanzarote y 13,6 MW en Fuerteventura.
Según se estima en el Anuario, en 2020 la producción de energía eléctrica de origen eólico fue capaz de suministrar a unas 280.238 residencias. En este cálculo se ha considerado que el consumo medio de una vivienda unifamiliar se encuentra sobre los 10,87 kWh/día.
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