Emalsa planea utilizar la energía de las olas para desalar el agua

La energía para desalar el agua de abasto de Las Palmas de Gran Canaria podría tener un origen renovable e incluso fruto de la generación undimotriz, que aprovecha las olas del mar para producir electricidad, según un proyecto que tiene sobre la mesa Emalsa, responsable del suministro en la capital grancanaria.

Según publica este martes Canarias 7, la iniciativa se encuentra "en un fase muy inicial todavía", pero consistiría en el aprovechamiento de la presión generada por las olas para producir energía, que sería utilizada en el proceso de desalación por ósmosis inversa. El proyecto piloto con el que arrancaría el sistema se ubicaría frente a los módulos de desalación que se encuentran en la planta de Piedra Santa.

Cabe recordar que en noviembre pasado la Plataforma Oceánica de Canarias (PLOCAN) y la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) presentaron un estudio conjunto sobre la aplicación de la energía undimotriz en plantas desaladoras, como parte del acto de cierre del proyecto transnacional DESAL+.

La investigadora y doctora de la ULPGC Beatriz Del Río Gamero y la tecnóloga de PLOCAN Susana Rodríguez Domínguez presentaron el estudio “Aplicación de la energía undimotriz en plantas desaladoras. Caso práctico: EDAM Arucas-Moya. Norte de Gran Canaria”, en el que plantean sentar las bases para una futura instalación de prototipos que aprovechen la energía undimotriz para suministrar la electricidad necesaria para abastecimiento eléctrico de una instalación desaladora de agua de mar (IDAM) modelo.

Este estudio y sus resultados fueron publicados en 2020 en la revista Applied Energy bajo el título “Energy supply of a large size desalination plant using wave energy. Practical case: North of Gran Canaria”. La contribución de PLOCAN al estudio queda recogida en el entregable titulado “Análisis técnico y medioambiental para el aprovechamiento de las olas en la costa note de Gran Canaria”, disponible en la página web del proyecto. 

Canarias es pionera en desalación y, en conjunto, el enclave geográfico de la Macaronesia cuenta con más de 350 plantas desaladoras, la mayor densidad de unidades en explotación del mundo. El agua desalada es un recurso clave para la estabilidad social y económica del archipiélago, del cual se abastecen casi dos millones de habitantes al año, así como multitud de hectáreas agrícolas y gran parte del parque industrial y empresarial existente.