¿Sube el combustible? Vuelta a las estufas de leña

El uso de calderas y estufas incluso puede constituir una práctica de economía circular, disminuyendo la generación de residuos y el impacto ambiental

Estufas leu00f1a



La pandemia, primero; la escalada de precios de la electricidad y el gas y, posteriormente, la Guerra en Ucrania elevan las ventas de estos sistemas de calefacción más sostenibles, según la Asociación Española de Fabricantes de Estufas.


Ya hace un año, la Asociación Española de Fabricantes de Estufas (AEFECC) presentaba un balance positivo de ventas, cercano al 20%, provocado por los cambios de hábitos durante la pandemia y el mayor número de horas que los españoles pasamos en casa. La necesidad de actualizar elementos del hogar hizo crecer la demanda de chimeneas y estufas.


En los últimos meses, ante la crisis de abastecimiento energético y el alza de los precios de la luz, el gas y el gasoil generada por la distribución del mercado eléctrico y la guerra en Ucrania, la AEFECC, que representa a un sector que genera casi 4.000 empleos directos con una facturación de más de 100 millones de euros, presenta unos datos de incremento de ventas alrededor del 30%.



Ante una de las mayores crisis energéticas en Europa, los fabricantes de chimeneas y estufas quieren destacar los beneficios económicos y ambientales de un gran olvidado en el mercado español de la energía: la leña y el pellet.


“En un país como España, con más del 50% de superficie de bosque y matorral, tenemos un gran recurso energético desaprovechado, la leña. Su aprovechamiento puede suponer una alternativa importante al consumo de gas y electricidad en los hogares como fuente de suministro de calor para nuestros hogares”, señala el presidente de la AEFECC, Carlos Oliván.


Además de contribuir a una mayor autonomía y diversificación energética en un momento en el que la crisis en Ucrania ha desequilibrado los precios de la luz y el gasóleo, ya de por sí disparados, el uso de la leña también puede contribuir a disminuir la carga de vegetación seca e inflamable en nuestros bosques y por tanto ayudar a prevenir incendios. Esto es vital en un contexto de subida de las temperaturas, olas de calor y periodos de sequía prolongados, que hacen que matorrales y vegetación seca de los bosques abandonados sean altamente combustibles.


El uso de calderas y estufas incluso puede constituir una práctica de economía circular, disminuyendo la generación de residuos y el impacto ambiental y generando empleos locales en torno al aprovechamiento de productos forestales no maderables (pequeñas maderas, piñas, púas) y fabricación de pellets. “La evolución técnica de estufas y calderas de leña permiten hacer un uso más eficiente de la misma, reduciendo los impactos ambientales de la combustión e incrementando la eficiencia energética en el almacenaje y la propagación de calor”, pone de manifiesto Oliván.


Aunque actualmente, el consumo de leña y pellet ni siquiera está contemplado en los balances energéticos de los planes nacionales de energía (que centran sus balances en la energía eléctrica, nuclear, renovable, gas, petróleo y carbón), su uso se ha mantenido durante décadas en el mundo rural, tanto en primeras como en segundas viviendas. 


“Esto lo saben bien en la España vaciada”, destaca Oliván, quien pone de manifiesto que “la biomasa favorece la independencia energética, tanto de los países como de los hogares, garantizando una fuente de energía renovable, menos contaminante, en el caso de los nuevos equipos que cumplen la normativa europea de Ecodiseño. Con la nueva normativa en vigor puede haber un ahorro de hasta un 40% en leña y emisiones cercanas al cero”, explica el presidente de la AEFECC.


La escalada de precios del gas, según diversos estamentos, se situará por encima del 60% al final de año, respecto de los días anteriores a la invasión de Ucrania. Y todo, pese a que Bruselas ha aprobado la propuesta de los gobiernos de España y Portugal para establecer un precio de referencia para el gas de 30 euros el megavatio con el fin de abaratar el precio de la electricidad.


Frente al alza de los precios del gasóleo, el gas y la electricidad, el precio de la leña de encina o de roble se mantiene desde hace tiempo entre los 0,13 €/kg y los 0,18€/kg e incluso, “como decimos muchas veces, si uno vive en zonas rurales, puede incluso tener acceso gratuito a la leña, por lo que la opción de la calefacción a través de chimeneas o estufas de leña sigue siendo la más económica”, destaca el presidente de la AEFECC, Carlos Oliván.

Comentarios