Durante 2015 se vendieron en el mundo más de medio millón de vehículos eléctricos, lo que supone un incremento del 77% en relación al año anterior. Esta cifra significa elevar a 1,2 millones los coches matriculados de los que una tercer parte lo están en Europa.
El uso de este tipo de transporte parece imparable dada sus ventajas económicas y medioambientales como así también está sucediendo en Canarias donde hasta el pasado mes de julio se habían duplicado sus ventas.
Paulatinamente, estos vehículos van superando sus dificultades iniciales que se situaban principalmente en lo gravoso de sus baterías así como su escasa autonomía y los pocos puntos de recarga.
Unos aspectos que se van superando ya que el precio de las baterías ha descendido un 75% desde el año 2008 mientras que la capacidad de circular sin repostar también ha mejorado notablemente hasta alcanzar algunos modelos unos 350 kilómetros. Por su parte, los puntos de recarga se han multiplicado en los últimos años.
No obstante, el principal empuje que puede recibir por el momento el coche eléctrico es desde el ámbito público ya que las políticas de apoyo son la principal herramienta para extender su uso.
De hecho, es lo que está ocurriendo en aquellos países o comunidades autónomas que mantienen una apuesta clara al respecto ya que a mayor apoyo, mayor penetración de los vehículos sostenibles.
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