El cierre de Nissan sepulta la idea de fabricar un nuevo coche eléctrico

El Gobierno de Sánchez había condicionado las ayudas a que se montase en Barcelona un EV nuevo, el Ariya

Nissan electrico gobierno


La comunicación por parte de Nissan, oficialmente, al Gobierno de su decisión de cerrar su planta en Barcelona da al traste con el proyecto del ejecutivo de Sánchez de forzar a la automotriz japonesa a fabricar un nuevo modelo de coche eléctrico en España si estaba dispuesta a recibir las ayudas que implicaba el plan de rescate propuesto por La Moncloa junto con las autoridades locales.


Que Nissan deje Barcelona implica el despido de unas 3.000 personas, una noticia dada a conocer en la rueda de prensa del consejero delegado de la compañía, Makoto Uchida, para presentar los resultados financieros y el plan a medio plazo del grupo.


La empresa nipona ya había confirmado este jueves a las administraciones y a los representantes de los trabajadores sus planes de echar el cierre de sus plantas abandonar Cataluña tras 40 años de presencia. En principio, Nissan ha tomado la decisión de centrar su actividad en Asia y marcharse no solo de España, sino de toda Europa, "un mercado de 700 millones de consumidores, a pesar de los enormes esfuerzos hechos por los gobiernos europeos para apoyar el mantenimiento de la actividad empresarial y del empleo", según fuentes de la empresa. 


La iniciativa de fabricar un nuevo coche eléctrico en Barcelona se había puesto sobre la mesa junto con un paquete de medidas propuestas por la cartera de Industria del Gobierno. Pero el nuevo todocamino eléctrico Ariya, en el que muchos veían esa posible salvación para Barcelona, se producirá en Japón. Según De Ficchy, el futuro de la instalación catalana no podría asegurarse ni siquiera con la asignación de un nuevo modelo, debido a la caída global en la demanda en el mercado de vehículos comerciales y pick up.

Tras el confinamiento la planta reabrió, pero para cerrar dos días después por causa de la huelga indefinida que mantenían los trabajadores de Montcada desde el pasado 4 de mayo, ante la pérdida de carga de trabajo de la factoría y la incertidumbre sobre su futuro. Según el Comité de Empresa, la dirección quería abrir únicamente para terminar un pedido de pick up de Mercedes, antes de que el contrato expirara, este mes de mayo. Nada más conocer la decisión de cierre, unos 1.000 empleados de la multinacional se han concentrado ante sus puertas.





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