La Ley de Cambio Climático y Transición Energética marcará este año en España

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BP España ha celebrado esta mañana un desayuno informativo centrado en los retos de la transición, un encuentro enfocado en las futuras políticas para frenar el cambio climático, su viabilidad económica en España, así como las consecuencias a largo plazo para el sector energético. El encuentro, celebrado en el Gabinete Literario de Las Palmas e inaugurado por Gonzalo Piernavieja, viceconsejero regional de Energía, ha contado con la presencia del alcalde de la ciudad, Augusto Hidalgo; el presidente de la Confederación Canaria de Empresarios, Agustín Manrique de Lara, y numerosos representantes del ámbito político y económico de las islas.


Luis Aires Dupré, presidente de BP España, ha destacado que 2018 marcará el año de la presentación de la Ley de Cambio Climático y de Transición Energética en España, país que ha llevado a cabo “un enorme esfuerzo” para reducir las emisiones en todos los sectores.


Por su parte, Gonzalo Piernavieja, destacó la importancia de apostar por políticas de consenso público-privadas para conseguir el objetivo acordado en la cumbre del cambio climático en París. En la misma línea, señaló la relevancia en este proceso de compañías petroleras como BP, que apuestan por el doble camino de incrementar la eficiencia de los combustibles fósiles al tiempo que desarrollan las energías renovables.

Para el año 2030, los países de la UE tienen como objetivo reducir sus emisiones un 40% respecto a los niveles de 1990, lo que para España supone 150 millones de toneladas de CO2 anuales. Según un estudio realizado al respecto por la Asociación de Operadores Petrolíferos (AOP) y KPMG, ya se ha alcanzado una reducción de 120 millones al año.


En la generación eléctrica, las inversiones han permitido que la energía eólica y solar alcanzasen, conjuntamente, el 11% del mix de energía primaria, frente al 4% mundial, y el 25% en el mix de generación eléctrica. En el caso de Canarias, la aportación de las energías eólica y solar al mix de energía primaria es del 2%, y del 9% en el caso del mix de generación eléctrica.


Pero este esfuerzo no se ha quedado solo en el sector eléctrico, sino que todos los sectores de la economía han contribuido a la reducción de emisiones por la vía de la eficiencia energética: en el caso del sector del refino, en los últimos diez años se han reducido en un 7%, al tiempo que la producción aumentaba un 7%, con lo que la intensidad de las emisiones de refino se ha reducido en un 14%. Lo mismo se puede decir del sector del transporte, que redujo sus emisiones en un 15%, mientras el tráfico se reducía en un 3%, alcanzándose por ello una eficiencia energética de un 12% en este sector.


No obstante, puntualizó que todavía queda mucho camino por recorrer, y dentro de las alternativas “lo más eficiente es seguir con la descarbonización de la generación eléctrica, ya que la del transporte resulta más compleja y costosa”, al requerir de grandes inversiones en infraestructuras y tecnologías que “siguen sin ser lo suficientemente maduras” para ser competitivas. Según afirma Luis Aires, hoy día los fabricantes de coches pierden dinero con los vehículos eléctricos, pero tienen que fabricarlos para evitar las multas por las emisiones. En España solo hay 14.000 vehículos limpios (incluyendo eléctricos e híbridos) frente a los 23 millones de combustión.


Según BP, en diez años el vehículo eléctrico podría ser más competitivo, pero para ello tendrían que aumentar su autonomía, disminuir el tiempo de carga de la batería y, sobre todo, bajar de precio. En definitiva, este necesario desarrollo tecnológico exige la creación de mecanismos que incentiven las tecnologías más limpias y desincentiven las más contaminantes. En este sentido, el establecimiento de un precio al CO2 que afecte a todas las fuentes energéticas en función de sus emisiones se perfila como el más eficiente, añadió.


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