Anpier presenta la IV edición del Camino del Sol

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Anpier, la Asociación Nacional de Productores de Energía Fotovoltaica, inicia el día 24 de septiembre su IV edición del Camino del Sol, para exigir por toda la geografía española una transición energética justa, seguridad jurídica para los productores fotovoltaicos y la democratización de la generación energética a través de cualquiera de las modalidades de producción que ofrece la tecnología fotovoltaica.

A lo largo de dos meses, Anpier celebrará 20 actos por toda la geografía española con el eslogan: Por una transición energética justa: “seguridad jurídica, sí y ahora”. El Camino del Sol concluirá el 16 de noviembre, con un gran acto en la ciudad de Toledo que, como en anteriores ediciones, será multitudinario.


En estos actos, Anpier quiere trasladar a la ciudadanía, a los productores fotovoltaicos, a los medios de comunicación, a los políticos y a los responsables de todas las Administraciones autonómicas, las urgencias que en materia energética se han de afrontar en España y en las que deben implicarse todos y cada uno de ellos.


Los objetivos que se persiguen en esta edición del Camino del Sol son:



- Comunicar la importancia de impulsar el cambio de modelo energético a través de una transición energética justa, que reconozca la labor de los pioneros de la generación fotovoltaica, sin los cuales no tendríamos la tecnología necesaria para realizar esta transformación. La fotovoltaica nos permite –gracias a este colectivo- tener energía limpia, barata y autóctona. 


- Trasladar la convicción de que no sólo se trata de sustituir las tecnologías de generación, sino también de distribuir la propiedad de las instalaciones de generación, ahora concentradas en pocas empresas en régimen de oligopolio. Los españoles tenemos derecho a autoconsumir energía y a participar del mercado energético a través de parques fotovoltaicos sociales, que redistribuyan los ingresos del sistema eléctrico y beneficien a las economías locales.


- Queremos que se atienda y se compense el daño causado a las 60.000 familias españolas, que destinaron sus ahorros e hipotecaron sus bienes para apoyar el desarrollo de un nuevo modelo energético en España, algo que les fue solicitado por el propio Estado español, y que ahora ven mermada la tarifa que se les ofreció y motivo sus inversiones éticas con recortes de hasta en un 50%.


- Subrayar el daño moral que se suma al quebranto económico al contemplar como todos los demandantes internacionales sí logran sentencias que obliga al Estado español a reparar el daño que les fue causado por los recortes retroactivos arbitrarios.


- Trasladar a la sociedad y al sector productor toda la información y el asesoramiento que precisen para participar en el sistema energético. El marco regulatorio se ha complicado en los últimos años, pero ANPIER es capaz de aportar todo el soporte que sea preciso para que las pymes y los ciudadanos puedan participar de este sector.


 

Anpier alertará también de la gravedad que supone la destrucción del colectivo de pioneros de la fotovoltaica, a través de un marco retributivo inaceptable, que queda todavía más en evidencia a la vista del rosario de laudos arbitrales del Banco Mundial que condenan al Estado español a indemnizar a los inversores internacionales por la arbitrariedad del daño económico que soportan, en los que se demuestra que la reforma enmascaraba la destrucción de las iniciativas renovables sociales, dado que España ni ha ganado ni podrá ganar ni uno sólo de los más de 30 pleitos que afronta.


Resulta inaceptable que por una misma situación el Estado indemnice el daño causado a los grandes inversores internacionales y no evite la ruina de sus nacionales.


Anpier ha venido denunciando durante los últimos años el atropello sufrido por los productores fotovoltaicos, que han soportado recortes del hasta el 50% de la tarifa regulada que ofreció el Estado, mientras que la banca si les exigía, como es natural, el pago íntegro de la financiación, lo que supuso que el colectivo debió refinanciar para no perder las garantías personales dadas a las entidades bancaría.


Ahora el reto más importante es transforma España para hacer frente a los nuevos desafíos sociales, económicos y medioambientales. En este marco, la Transición Ecológica será uno de los pilares esenciales de esta transformación, que solo es viable gracias al cambio de modelo energético que ahora iniciamos, con las energías renovables como protagonistas; pero esta transición nunca hubiera sido posible sin la madurez que ha alcanzado la tecnología fotovoltaica. Sin las renovables, solo tendríamos la alternativa del decrecimiento y la resignación de tener que habitar un país contaminado y sometido a precios altos de la energía.


No habrá transición justa si no se reconoce la labor y el esfuerzo de las 60.000 familias españolas que destinaron todos sus ahorros e hipotecaron sus bienes para el desarrollo y la generación de energía solar fotovoltaica, atendiendo un llamamiento del Estado, que les presentó esta misión como segura, rentable y ética. Un sector que ha soportado de manera estoica un carrusel inacabable de recortes retroactivos que han mermado sus ingresos hasta en un 50% de la tarifa que el Estado ofreció y motivó estos desarrollos. 


Tampoco, si la propiedad de las instalaciones queda en manos de un reducido grupo de empresas y no se socializa. Los ciudadanos tenemos el derecho a producir energía a través de cualquier fuente de generación y, singularmente, a través de la tecnología fotovoltaica, la más modular y accesible. Los españoles debemos tener acceso a la posibilidad de reducir nuestros gastos en hogares y empresas a través del autoconsumo y, también, a producir energía para el suministro a través de la red general y obtener así complementos de renta, que sirvan para alimentar las economías locales y evitar los males que ocasionará el abandono de los entornos rurales.

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